El equilibrio en el precipicio es contemplar las vistas.

Todos tenemos un punto de equilibrio, entre lo temerario y lo cobarde encontramos lo valiente pero es muy dificil saber donde está ese punto. Para hacernos una idea si mezclásemos aquellos momentos en los que reaccionamos ante un precipicio con los que nos mantenemos parados porque el precipicio está lejos nos saldría ese punto de equilibrio en el cual podríamos ver tranquilamente las vistas de ese lugar mencionado anteriormente.

Que complicado es saber donde tenemos ese punto de bienestar, es más algunos prefieren vivir al límite y otros en cambio ni acercarse. Al fin y al cabo todo es igual de respetable y todo tiene su valor, podríamos valorar como organizado a aquel que nunca llega a correr el riesgo o de ingenioso al que siempre consigue parar en el borde del precipicio.

Lo haces muchas veces pero parece la primera vez.

Cuando todo sale bien es tan grande la satisfacción. Es cierto que sólo ha pasado un fin de semana, es más, nada más que dos días, pero han sido tan intensos, han tenido tantas aventuras, sorpresas, secretos, noticias, ha habido tantos momentos importantes que parece que han sido dos meses.

Cuantas veces habré hablado con ella, la habré invitado a cenar, pero prometo que cuando el otro día la di su regalo estaba como un flan, es  increíble como en cualquier momento puede ser como si estuvieses haciendo algo por primera vez aunque ya lo lleves haciendo meses y años. En el momento de la respuesta ya no sabía donde mirar, temes una respuesta negativa cuando has hecho algo con tanta ilusión que aunque fuese casi improbable uno piensa que puede ser lo que ocurra pero al fin te das cuenta de que no era así.

En fin, que bonito es estar enamorado, que grande es vivir estos momentos, no sé si de verdad los que no creen en el amor de una forma tan seria son capaces de recompensar estos momentos.