sábado, 1 de febrero de 2014

La importancia no siempre es tan importante como consideramos.

Al final tenemos que priorizar, en la vida llega un momento en el que notamos que los años pasan más rápido, que empiezan a pesar y nos damos cuenta que tenemos que separar lo importante de lo secundario.

Es difícil en muchas ocasiones elegir que es lo importante, es más, a veces es como cuando te dispones a colocar un cajón en el cual tienes muchas cosas antiguas y no quieres tirar ninguna porque piensas que algún día tendrán una utilidad, pues esto es igual. Vivimos con miles de retos tanto externos como personales y llega un momento en el que no aguantamos el ritmo y priorizamos, y ahí es donde está el problema porque muchas veces nos equivocamos, consideramos más importante lo que más nos atrae y no siempre es así.

Entonces es cuando te das cuenta, cuando sabes que te has equivocado y cambias tus valores pero no tus principios, pues no merece la pena arrepentirse de lo que no hiciste porque siempre uno supone que hubiese salido bien pero eso es simplemente una de las posibilidades.