Somos un mundo de locos, cada uno con sus gustos, sus manías, sus fobias y miedos contra sus ilusiones y sueños. Vivimos en ciudades donde cada persona tiene mil historias a sus espaldas, donde te podrías imaginar mil cosas sobre alguien pero seguro que te terminaría sorprendiendo.
Esto hace que cada uno sea diferente, que la gente puede tener similitudes pero jamás habrá dos personas iguales, jamás podrás pensar que no eres único.
La hipocresía es una cualidad fácilmente de adquirir. Mucha gente en la vida te juzgará por lo que ve, le cuentan y cree saber sobre ti, otros por tres detalles que casi siempre son sacados de contexto pero que a mucha gente le sirve para predefinir la personalidad de alguien.
La hipocresía a veces viene producida por un intento de envalentornarse o e integrarse con unas personas para pasar un rato de risas, pero en realidad no piensan que eso produce una pérdida de personalidad y dos valores fundamentales: la valentía y el ser consecuente.
La navidad es la mejor época del año, el hecho de poder ver a cantidad de personas que dejan a un lado todos esos problemas por un momento y se llenan de ilusión, ilusión de aquellos niños que pueden estar meses antes preguntando que cuando vienen los Reyes Magos...
También es de aceptar que a mucha gente no le guste, pero simplemente pienso que nunca debemos dejar de ser en algunos momentos de la vida lo que fuimos en la mejor etapa de nuestra vida: niños.
Hoy he mirado hacia atrás y he comprobado que depende en el momento del pasado en el que te fijes las cosas han cambiado más o menos.
Más o menos he terminado eligiendo un punto, ni muy próximo porque no me haría reflexionar, ni muy lejano ya que cuanto más acotes mejores detalles puedes ver. Me he dado cuenta de que cuando miras hacia atrás todo te parecen tonterías, pero en su día te parecía que el mundo se acababa. Supongo que me hago mayor, que he cometido errores, y todos y cada uno de ellos los asumo, porque el primer paso es reconocerlo.
Ahora bien, no me arrepiento ahora mismo de ellos, puede que me arrepentiese pero ya no sirve de nada y es más, no volvería nunca al pasado para cambiarlos, porque si todo ha pasado así es porque fui el elegido para hacerlo.
Cada uno es el elegido de vivir su propia vida, de ser consecuente con sus acciones y de luchar por sus metas.
En los sueños hay algo de magia, un sueño es la unión de lo que imagina la mente junto con lo que quiere el corazón, algo que en un principio parece inalcanzable pero que gracias a diversos factores, entre ellos la voluntad, se convierte en algo posible.
En la vida los sueños son muy importantes, una parte de ellos hacen que te propongas retos y sepas que la vida es un afán de superación y la otra provoca que vayas tomando decisiones que irán condicionando tu futuro.
Yo tengo mis sueños, por ello me considero soñador; y que cierto es que los sueños no mueren hasta que no lo hace el soñador.
Aquí termina otro día más, ni bueno ni malo, diferente. Creo que al fin y al cabo calificar los días no es del todo correcto, no consigo entender que un día se defina como malo por varios momentos menos buenos a lo habitual, y soy de los que cree que si algo pasa de una forma, claro que podría haber sido mejor pero poca gente se da cuenta que también hay una posibilidad de haber tenido un peor rumbo.
Algo similar pasa con la vida, básicamente porque está formada por un continuo de días, muchos momentos que están por llegar y que no serán ni buenos, ni malos... pero seguro que serán especiales.
