El miedo al fracaso es uno de los sentimientos más frecuentes de la sociedad. El sentido del ridículo por lástima es uno de los más valorados por todas las personas. Este ridículo no es más que el haber intentado algo y que eso haya salido mal; pero de los errores se aprende, que la gloria se alcanza a base de fracasos y que ese miedo no tiene que eclipsar el esfuerzo, la lucha y el valor de uno mismo.

Afán de superación, el querer llegar a más y saber que los retos tienen varios niveles y siempre quieres llegar al máximo. Que la ambición algunos la ven negativa, yo en cambio no. Pienso que la ambición es el no estancarse, el saber que no tienes límites, que si te lo propones lo consigues, que a base de esfuerzo se consigue todo y que para llegar a la cima hay que empezar desde abajo.

Que quien se mete contigo es el que más pendiente está de ti, pendiente de lo que haces, dices o te pasa para hacer un comentario y siempre intentando dejarte en un mal lugar. Pero para eso hay una cura, porque el mejor desprecio es no hacer aprecio, que el que muchas veces se ríe, termina llorando; quien se mete contigo sin razón casi siempre suele ser por envidia, porque sabrá que nunca llegará a estar donde tú estás. Por este motivo, encontrarás decenas de personas que harán esto, pero piensa: si has llegado a donde estás sin ellos, no necesitas sus comentarios para llegar a más.

Hagamos un viaje, vayamos al centro de Madrid y nos hacemos una foto para poder recordarlo. Luego cogemos un avión y nos plantamos en París, debajo de la Torre Eiffel nos daremos uno de los muchos besos que ya llevaremos; después a Italia, visitaremos lo que más te guste y pondremos el candado tirando la llave a cualquier lugar donde nadie la pueda encontrar jamás. No se nos olvidará pasar por Menorca, la noche de San Juan. 

Y también tienes que seguir diciendo sitios, porque no tardaremos 80 días, pero te prometo que recorreremos el mundo juntos. 

Duerme, como si no hubiera despertar, como si lo único que importase fuese soňar, con esa persona a la que quieres, porque los sueňos si no los dices se cumplen, por eso digo siempre que no me acuerdo de qué he soňado, por eso siempre sueňo con ella.

Y es cierto, aislarse a veces es bueno, hay libros, canciones o películas que se hacen tus aliadas y con las cuales te sientes identificado. Sabes que muchas veces no quieres escuchar a nadie pero en cambio si puedes ver tu película preferida,¿por qué? no se sabe hay cosas que son desconocidas para hacer al hombre curioso.

Y un día te encuentras con tu media naranja, suele ser en el lugar y de la forma menos esperada. Es un término que mucha gente confunde, no quiere decir que esa persona sea igual que tú, sino que esa persona tiene lo que a ti te falta, lo que no puedes conseguir si no es gracias a alguien, sin que te apoyen, te den fuerza y te animen a luchar.

Esa media naranja es la persona con la que podrás pasar el resto de tu vida porque cuando uno se va cayendo, el otro le levanta; cuando uno se tropieza, el otro le agarra; simplemente se podría decir que cuando uno se hunde, el otro rema por él.

El domingo es ese día en el cual todo el mundo se deprime, por unas cosas u otras nadie está de acuerdo. Es el día que nadie quiere, básicamente porque se disfruta tanto los sábados que el domingo parece un día aburrido, donde no hay ideas para hacer o si hay, es estudiar y a nadie le gusta. Simplemente yo cambio el lado de visión de este día, yo lo veo como el día de descanso, el cual si no estuviese no apreciaríamos los días de disfrute, es el que da comienzo a una nueva semana y cada uno es el único que puede conseguir que los próximos siete días sean mejores que los anteriores.