miércoles, 16 de enero de 2013

N'abandonne jamais

Se escondió otra vez, pero ahora se subió a la caseta más alta. Desde allí podía ver todo lo que ocurría, el partido de fútbol que se estaba celebrando al lado en el cual utilizaban las dos entradas al recinto como si fuesen las porterías; también podía ver todo tipo de carreras: en bici, en patinete, en triciclo... Pero lo que más le importaba era... 98, 99 y 100 ¡Voy! Y se volvía a agachar controlando la respiración. 
Esas fueron las últimas palabras que resumían su infancia, le esperaba ahora una larga adolescencia...

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